Como todos los días, después de volver del colegio, cambiarse de ropa, comer algo y conversar con su madre, se dirigió a su habitación. El computador estaba encendido como acostumbraba a dejarlo al irse a estudiar, era una buena forma de recibir mensajes de sus contactos en forma permanente.
Ahí estaba la solicitud: “SweetB@hotmail.com te ha agregado a sus contactos, pulsa OK para aceptar”. La dirección le era desconocida, estuvo a punto de rechazar la solicitud pero algo le impulsó a aceptar. Curioso revisó la ventana de MSN para ver si el nuevo contacto estaba en línea, pero nadie nuevo estaba allí, así que comenzó a revisar su correo sin lograr sacar la idea de ese contacto. Una amiga le saludo: “hola Whisper kmo tai?” E inició una entretenida conversación.
Ya habían pasado un par de horas cuando de pronto una pequeña ventana aparece al pie de su monitor con el mensaje "SweetB acaba de iniciar sesión" y en pocos instantes más un mensaje que activaba la ventana de diálogo: "Hola, soy Sweet", Le respondió afirmativamente y sin darse cuenta una entretenida conversación que comenzó con preguntas frecuentes como “¿De dónde eres? ¿Qué edad tienes?” le fue absorbiendo, algo había que le motivaba a continuar. El nuevo contacto le explicó que encontró su dirección en alguna parte que no recordaba y que le agregó debido a que pensaba que era un contacto perdido hace tiempo. En el transcurso de la conversación, le relató parte de su vida, a lo que Whisper correspondió hablando de la suya. Les sorprendió la cantidad de puntos que tenían en común y al avanzar la conversación se fueron dando cuenta que el interés por continuar era mutuo, cierto magnetismo especial les atraía y les mantenía con la atención en el monitor. Algunas fotografías complementaron el diálogo y se dieron cuenta que la atención aumentó más aún, era como si una mano poderosa les mantenía incapaces de moverse de la silla, cierto embrujo misterioso y seductor les impulsaba a querer saber más de ese nuevo nombre en la lista de contactos.
La voz de su madre sacó de su centro a Whisper: “es tarde y mañana tienes tareas que hacer, acuéstate”. Quiso molestarse con ella pero tenía razón así es que a regañadientes le comentó a Sweet que debía retirarse y acordando un encuentro al día siguiente se despidieron. Esa noche su mente recordó una y otra vez las palabras, las fotos vistas y llegó a imaginar una tibia mano de Sweet acariciando su rostro y así se durmió, esbozando una sonrisa de satisfacción en sus labios, quizás si hubiese tenido cierta percepción se habría dado cuenta que a muchos kilómetros de distancia hacia el norte alguien también dormía con una sonrisa, pues le había soñado con los ojos abiertos y al dormir lo había hecho con una caricia en el rostro.
Era avanzada la mañana y el ruido propio del quehacer de su casa le despertó, tenía sueño pero aún en su mente estaba la imagen con la que había dormido. No alcanzó a pensar mucho pues su madre le recordó las actividades por desarrollar así que saltó rápidamente de su cama, la estiró y ordenó la ropa encima cuidando de dejar a TINO, su perrito de peluche, en el lugar de privilegio que siempre ocupaba. Almorzó y corrió al colegio, debía entregar un trabajo que había terminado en la tarde anterior. Pronto se reunió con sus compañeros que le saludaron alegremente “hooola Po Whisper, tení pura care’ carrete, dormiste?”, les dijo que era porque había trasnochado terminando la tarea, total ellos no tenían por qué enterarse de lo sucedido en la noche. Pero, fue más tarde a Marcela, su gran amiga y confidente a quien le habló de este contacto, de la forma en que le contactó y la conversación que habían logrado.
Ya habían pasado varias horas en el colegio y la figura de Sweet se mantenía en su mente, cada minuto le parecía interminable, quería salir de allí y correr a su PC para encontrar el contacto deseado.
Por fin el timbre le indicó que su jornada escolar había llegado a su fin y despidiéndose corrió al bus para llegar rápidamente a su casa. No supo cuánto pasó allí, pero lo cierto es que entró a su habitación y lanzando su bolso sobre la cama se instaló en el PC.
Allí estaba ese nombre: SweetB@hotmail.com y al lado una leyenda que decía: “te extraño Whisper”. Su corazón casi se le sale del pecho, era lo que sentía también. Le bastó un rápido doble clic para activar la ventana y saludar, por fin estaba allí. Y así se pasó varios días.
Muy lejos hacia el norte no había sido distinto, Sweet se había despertado temprano como todos los días, pocos hábitos de orden le facilitaron el ir al baño de inmediato en busca de la ducha que reanimara sus ánimos, tenía mucho sueño pero se sentía bien, inexplicablemente cierta satisfacción le embargaba. Recordaba cada palabra cruzada con Whisper, se preguntaba cómo se había dado todo eso ya que el contacto lo había encontrado en un archivo y lo había usado movido por la curiosidad. Desayunó a la carrera y se fue a su trabajo, afortunadamente su tía le había prestado el auto así que eso facilitó la llegada a tiempo. Debía dictar un curso de capacitación y sus alumnos le esperaban así es que tomó aire, se concentró en el tema, esbozó su mejor sonrisa y entró en la sala.
El día transcurrió lento para Sweet y la promesa de una reunión en el Chat le hacía querer apurar al tiempo que, como si quisiera burlarse, avanzó más lento que nunca. Ya avanzada la noche caminó a su casa, la costanera estaba casi vacía, sólo algunos pelícanos le esperaban, para los pájaros se había hecho hábito que Sweet se les acercara y les regalara migas de pan guardadas del almuerzo y si tenían suerte hasta unas galletas podría traer. Fue buen día para ellos ya que hubo abundancia de regalos, pero esta vez Sweet no se quedó como siempre y mientras tragaban esos manjares alcanzaron a divisar a Sweet que corría alejándose.
No supo cuanto tiempo pasó hasta que estuvo jadeante frente a su PC, lo encendió y al entrar al Chat vio con alegría ese contacto: Whisper@hotmail.com en línea.
Sin esperar se saludaron como si la amistad existiera hace tiempo pero sus corazones latían con fuerza, la respiración agitada la atribuyeron al cansancio y a la carrera para llegar a la reunión, pero ni Whisper ni Sweet notaron sus ojos brillantes y los colores que acudían a sus mejillas.
La conversación se dio amena, algunas bromas representaron la novedad de la reunión anterior y pronto las insinuaciones apoyadas en las fotografías les dejaron notar que se gustaban. Pronto las palabras intencionadas fueron dejando lugar al dialogo abierto y la expresión de sentimientos le siguió.
La llegada del verano les interrumpió, estaban de vacaciones y sin ningún plan. Una distancia enorme aún les separaba, pero los contactos MSN estaban, tan profundos y sentidos como siempre.
Esa tarde Sweet no se había conectado y Whisper sentía preocupación pues se habían prometido la reunión. Una petición de su madre le sacó de sus pensamientos, debía salir a comprar algo así es que se preparó, a pesar que no quería separarse de la pantalla.
Caminó unas cuadras y su celular le alertó de un llamado, al contestar una voz familiar le encendió el rostro e hizo latir con fuerza el corazón, "Hola Whisper, lo siento ya que no me pude conectar a la hora pero ¿Sabes? No importa ya que te ves muy bien con esa polera blanca y no me había dado cuenta de todo lo que has adelgazado". Su respiración se detuvo y miró hacia todos lados sin resultados, la voz continuó: "Te imaginaba así caminando, dirigiéndote a mi y entre medio de la multitud que avanza inconciente de pronto descrubrieras una figura que te espera con los dos brazos abiertos, jajaja"... Whisper ya no escuchaba pues allí, en su camino estaba Sweet.
No supo de su teléfono ni de la bolsa que llevaba en sus manos, sólo sintió la calidez de ese abrazo tan soñado y en sus oídos escuchó con ternura “Te amo”.
